viernes, 10 de julio de 2009

La UV y el Ceneval

La noticia fue dura, pero necesaria, la Universidad Veracruzana tenía que hacer público el error cometido por el Centro Nacional de Evaluación Educativa (Ceneval) en el proceso de admisión a las licenciaturas que se ofertaron para el ciclo escolar que está por iniciar, en aras de la transparencia.

Es claro que, de parte de la autoridad universitaria, existe el compromiso de corregir el error, permitiendo ingresar a quienes por derecho corresponde un lugar, al mismo tiempo de dejar en las aulas a quienes, sin que fuera su culpa, fueron notificados como admitidos.

Respecto a la responsabilidad del error, ni quienes fueron admitidos sin merecerlo ni quienes fueron rechazados mereciendo ser inscritos tienen la culpa, tampoco la tiene la Universidad Veracruzana, la única institución responsable es el Ceneval y esta afirmación es importante, porque indica a quién se le deben exigir cuentas, dado que fue contratado este Centro para hacer un trabajo de alta calidad y se convino pagarle por ello.

Es claro que el costo financiero que representará aceptar 1,600 alumnos es alto, que la Universidad Veracruzana no tiene los recursos para sufragar este gasto emergente; sin embargo, tendrá que hacerlo, ya sea con recursos propios o recursos que le otorgue el Gobierno federal o el estatal, en cualquiera de los casos, serán recursos públicos, en otras palabras, impuestos de los mexicanos.

Resolver el problema es positivo, sin embargo, es importante revisar el convenio que suscribió la Universidad Veracruzana con el Ceneval, a fin de exigir que los recursos que erogue la Universidad le sean devueltos por concepto de daños, porque el error cometido genera un gasto no previsto y lesiona financieramente a la institución, en detrimento de la calidad educativa.

En otras palabras, el error de Ceneval no es nada más de “oiga usted, pus la regué y ahí nos vemos”, como diría Cantinflas, sino de que la regaste y la pagaste, ya que de otra forma entraríamos a una situación de impunidad.

Los errores de este tamaño no se deben admitir, y en las cláusulas del Convenio que haya suscrito la Universidad Veracruzana deben estar estipuladas previsiones, en caso de contingencias como ésta, dado que es un proceso donde intervienen humanos, y por tanto el error es factible.

Así que, independientemente de que el rector Raúl Arias Lovillo y la Universidad Veracruzana asuman el compromiso de atender a los jóvenes que fueron perjudicados, sin afectar a los que fueron beneficiados, lo cual es loable, debemos esperar que las autoridades administrativas y jurídicas de la Universidad informen sobre el procedimiento que habrán de seguir para que el Ceneval pague el costo que generará el error que cometió.

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